Inicialmente
el procedimiento consistía en perforar el cráneo e inyectar alcohol en pocas cantidades para bloquear las conexiones entre la corteza
prefrontal y el resto del cerebro. Egas Moniz realizo esto con almenos
20 pacientes.
Posteriormente se inventó un instrumento conocido como leucotomo para así seccionar fibras
nerviosas de la región frontal del cerebro, desconectando la corteza frontal
del resto del cerebro.
La
realización de este procedimiento estaba justificada teóricamente por el
conocimiento que ya se tenía para ese entonces sobre la importancia
neurofisiológica de la corteza frontal, en el control y modulación de la
conducta y las emociones.
Fue en 1936 cuando el neurocirujano Walter Freeman introdujo el procedimiento a los Estados Unidos, y lo rebautizo como lobotomía, este además de practicar más de 2.000 lobotomías a lo largo de su carrera, hizo la práctica popular en todo el mundo.
Incluso en la pelicula One Flew Over the Cuckoo's Nest de 1975 drigida por Miloš Forman. El
personaje de Randle Patrick McMurphy interpretado por Jack Nicholson, es un
paciente psiquiátrico víctima de una
lobotomía cerebral.
En
el año de 1949, Egas Moniz recibe el
Premio Nobel de Fisiología y Medicina “por su descubrimiento del valor
terapéutico de la lobotomía prefrontal en determinadas psicosis”, el primer premio
nobel en esta categoría que se daba a un procedimiento quirúrgico.
Seria entre las
Décadas de 1950 y 1960 cuando se empieza a dar progresivamente la caída
de la popularidad de la lobotomía, esto debido a la
aparición de los primeros psicofármacos.
En especial la clorpromazina que fue introducida en 1954, medicamento diseñado con un
propósito ajeno al campo de la psiquiatra pero
que al ser usado para
disminuir la inflamación en algunas cirugías demostró que actuaba como
tranquilizante sin el efecto adverso de la sedación, pues quien lo tomaba
permanecía consciente.
Fue así como progresivamente diversas
instituciones y países empezaron a declarar la práctica como ilegal e incluso
como una actividad que atentaba directamente contra los derechos humanos
Lo
irónico de esta situación es que años antes de la introducción de la leucotomía, Antonio Egas Moniz, ya era reconocido
en el campo de las neurociencias por haber inventado la Angiografía Cerebral un procedimiento diagnóstico e imagenologico
con el cual se podían visualizar con detalle las arterias y venas cerebrales.
Tristemente
Antonio Egas Moniz fue poco conocido
por este hecho y para la memoria del
mundo científico quedo plasmado como el hombre que invento la “práctica
barbárica” de la lobotomía cerebral.